martes, 2 de septiembre de 2008

Lo que nos perdimos de Celia

Los nacidos en mi generación, la pos revolucionaria, no tuvimos la oportunidad de conocer a Celia Cruz, una grande o la más grande de la canción cubana. Crecimos escuchando y repitiendo justificaciones sobre artistas que estuvieron prohibidos y quién sabe si aún hoy algunos lo están. Nunca he podido encontrar la excusa del oscurecimiento de un talento porque pretende otra ideología, o simplemente, no ve las cosas con el mismo lente que el resto de las personas.

Así, el gobierno de Cuba nos quitó a Celia. No pudimos disfrutar de su música porque no la conocimos. Nuestros abuelos y aquellos que se atrevían a mencionarla, la veían como una historia lejana que, en definitiva, no se sabía si nos pertenecía o no. Solo escazos músicos se atrevían a mencionarla en la isla, aunque no en los medios de difusión masiva. Otros se arriesgaron a castigos y sanciones por compartir escenario con la legendaria Celia. A veces hasta tarareábamos canciones sin saber que eran de su autoría, porque algún músico la había puesto en el Hit Parade de Cuba.

En Venezuela, he podido ver el amor que este pueblo siente por ella, donde no le perdonan a un cubano el desconocimiento de su música y de la excelente persona que noblemente ayudó a muchos coterráneos que llegaron a Miami, donde la palabra “azúcar”, dicha como ella lo hacía, evoca cubanía, un sentimiento patrio por "la isla de la caña de azúcar" que nunca la vio regresar. Para colmo, nos la trataron de reemplazar en el escenario cubano por burlescas caricaturas de actrices baratas.

Qué bien me siento al saber que otra buena cubana, Xiomara Laugart, nacida en mi natal Guantánamo, interpreta la vida y música de Celia, en Broadway. Pero siempre me quedo deseando que no sea en Broadway donde haya que interpretarla sino en el Teatro Nacional o en el Karl Marx en La Habana.

En algún momento habrá que reivindicar su memoria en “la mayor de las antillas” como se hizo con el escritor José Lezama Lima o al igual que Lennon, a quien le hicieron una estatua en un céntrico parque de La Habana. Habrá que hacer un concierto bien grande en honor a esta gloria cubana que nunca volvió a ver su tierra, habrá que erigir una estatua bien grande y enseñarles a todos los cubanos cuánto nos perdimos de Celia Cruz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario