miércoles, 17 de septiembre de 2008

La Guantanamera y El Alma Llanera


Grafiti en un muro de la avenida La Marina, Catia La Mar, estado Vargas, Venezuela

Cuba y Venezuela son dos países caracterizados por sus antológicas buenas relaciones. Hay una anécdota sobre la visita de José Martí a Venezuela donde cuentan que al llegar, "aún sin quitarse el polvo del camino, no preguntó dónde se comía o bebía sino cómo se iba a la estatua de El Libertador". Ello sería el summun de lo que representa Bolívar y su pueblo para los cubanos.

Desde esa fecha en adelante son incontables los cubanos que se establecieron en Venezuela formando familias, haciendo amigos que durarían toda la vida. Durante la dictadura de Pérez Jiménez muchos venezolanos huyeron de su país y se establecieron en Cuba. Venezolanos que regresarían a su patria a principios de los años sesenta, después del triunfo de Fidel Castro, y lo mejor, trayendo a sus “panas” cubanos que los habían ayudado durante su estancia en la isla.

Muchos venezolanos fueron atendidos por médicos cubanos en el hospital Hermanos Ameijeiras, en La Habana, durante los años ochenta. Los galenos cubanos gozaban del respeto y admiración de los venezolanos.

En Cuba, admiramos sobremanera canciones como El Alma Llanera, Caballo Viejo, a músicos como Alfredo Sadel, Simón Díaz, Alí Primera, Oscar de León, Franco de Vita, Ricardo Montaner y otros muchos. Nos leímos a Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos. Estuvimos al tanto de la vuelta ciclística al Táchira.

Por lo tanto, la amistad entre venezolanos y cubanos no comienza, como muchos piensan, hace nueve años. Por el contrario, es ese un momento triste en esa relación de hermandad. Porque utilizando toda esa historia bonita, a conveniencia de ambos gobiernos, le han puesto un sello socialista e ideologisante que no es del agrado ni de cubanos y mucho menos de los venezolanos.

Ahora, puedes escuchar comentarios tales como que “los médicos cubanos no son tan profesionales y no están preparados”, “los cubanos vienen a asesorar al gobierno para instaurar el socialismo de Cuba aquí”, “les están quitando fuente de empleo a los hijos de este país (Venezuela)”.

Comentarios, esos, que a veces pueden tener un fundamento lógico y otras no. Creo que en ocasiones se ha llevado a extremos la situación porque ¿qué hacen los cubanos en Venezuela cambiando bombillos ahorradores? ¿Es tan difícil cambiar un bombillo ahorrador que ningún venezolano pudiera hacer ese trabajo y así se generarían empleos para ellos?

En ocasiones, cuando voy en un autobús (guagua), y alguien me llama por teléfono, algunos se quedan mirando al reconocer mi acento, otros más osados se atreven a hablarme y sonríen en muestra de aprobación, otros no vacilan echarme en cara que nos estamos llevando su petróleo. O cuando fui a la entrevista de trabajo y me dijeron entre risas que si estaba seguro de no ser del G-2. Y yo, solo aclaro que que soy víctima de un gobierno dictatorial al igual que los cubanos que vienen por misiones gubernamentales, al igual que ellos, quienes ven despilfarrarse todas sus riquezas y no pueden hacer nada.

Lo bueno es que aún estamos a tiempo de detener esa insipiente xenofobia, que podría aumentar, y que todo vuelva a ser como antes, que no haya distingos entre cubanos y venezolanos, que solo se vea la hermandad y unidad basada en el respeto mutuo, la no intromisión, ni adoctrinamiento de sus pueblos.

3 comentarios:

  1. No creo que sea cuestión de xenofobia, porque no se rechaza al cubano por ser extranjero sino por la imagen e imposición que de ellos ha creado el presidente Chávez

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  2. Amigo, Ceiro, muy bonito y profundo lo que ecribes. Tienes razón, la amistad entre dos pueblo no puede romperla ni cambiarla un "loco"; sería darle más importancia aél que a la amistad, sería onerlo or encima de Bolivar y Martí

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  3. Aunque algunas circunstancias sean ciertas y la razón política prevalezca sobre la primigenia reacción de cooperación a un extranjero (como seguramente fuimos, somos o seremos); aunque el miedo a las intenciones y la mala propaganda haga del rechazo una oportunidad para reprochar lo mal que lo hace uno de los nuestros...... ser honestos, veraces y responsables nos harán más libres estemos donde estemos.

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