sábado, 24 de enero de 2009

La solución biológica



Hace mucho tiempo en Cuba alguien me comentaba sobre las alternativas que tenía la isla para ser libre en un futuro, después de varias posibilidades, el orador terminó diciendo que, si ninguna de las hipótesis planteadas era posible, habría que esperar la solución biológica para tantos años de faltas de libertades y aislamiento.

Por estos días, el presidente de Venezuela en una de sus más largas intervenciones por televisión anunció que ya no veríamos más a Fidel (la verdad es que después de las dudas apareció su clon, el doble o su espanto). Todos pensamos que si el vocero oficial de Fidel decía eso, ya que nunca se han referido a la salud de este último con pesimismo, entonces no habría dudas de que le había llegado la solución biológica a Cuba.

Pero no tan rápido, días más tarde al ver la “metedura de pata” que había dado, quiso rectificar su discurso (una práctica muy usual en él, a quien le falta el dispositivo analizador entre el cerebro y la lengua) diciendo que Fidel está “vivito y coleando”.

De todos modos, para una parte de los cubanos que viven en la isla es indiferente cualquier cosa que pase. Saben que no importa que sea Fidel o Raúl mientras sus problemas sigan siendo los mismos desde hace medio siglo, lo que corrobora la tesis de que no son unos gobernantes sino todo un sistema diabólico el que debe morir con su inventor.

Otros cubanos fuera de la isla celebraremos (el día que sea) por lo que hemos esperado desde hace mucho. No la muerte de una persona, sino la desaparición total del juego de aquel, que por diferentes medios logró seguidores a través de la desinformación y el aislamiento total de los habitantes de la pequeña Cuba.

De cualquier forma, la solución biológica, a pesar de ser solo una posibilidad, quizás sea la oportunidad para comenzar los cambios y liberar a la mayor de las antillas de la gran cárcel física y sicológica que han vivido sus habitantes durante cincuenta años.

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